OURENSE, 7 de mayo de 2025. El catedrático de Derecho Romano Fernando Reinoso Barbero y el economista José Manuel Naredo Pérez, ya son doctores honoris causa de pleno derecho por la UNED, tras una emotiva y solemne ceremonia académica que tuvo presidida por el rector, Ricardo Mairal Usón, y por el secretario general de Universidades, Francisco García Pascual. Los discursos de los nuevos doctores han girado en torno a la defensa del conocimiento riguroso, la tradición universitaria y el compromiso con el pensamiento crítico. En la mesa presidencial ocuparon también su lugar Cristina Aranda Gutiérrez, consejera del Consejo Social de la UNED; Laura Alba-Juez, vicerrectora de Internacionalización y Multilingüismo y vicerrectora segunda, y Elena Maculan, secretaria general de la universidad.
Ricardo Mairal mandó ir a buscar a los dos homenajeados, que esperaban con sus padrinos fuera del salón Emilio Lledó. Hasta allí se dirigieron tres ugieres, ataviados con toga y sombrero de pluma. A los pocos minutos entraban de nuevo y, tras ellos, los dos padrinos de Fernando Reinoso; tras ellos él mismo, y a continuación el padrino de José Manuel Naredo y el propio homenajeado. A continuación tuvo lugar el rito de admisión de los nuevos doctorandos honoris causa por el que el rector les entrega el birrete, el anillo, el libro y los guantes blancos que simbolizan la sabiduría y los honores alcanzados.
El profesor Federico Fernández de Buján, padrino de Fernando Reinoso, abrió el turno de intervenciones destacando que su apadrinado, propuesto por la Facultad de Derecho de la universidad, encarna los valores clásicos del saber universitario, combinando excelencia intelectual, vocación pedagógica y ética académica. En palabras del propio Fernández: "Hoy la UNED rinde homenaje a quien ha sabido transmitir sus saberes, impresos en sus estudios, y proyectar su magisterio encarnado en sus discípulos".
La profesora Ana Rosa Martín Minguijón, madrina académica, ha ofrecido una semblanza rigurosa y emotiva, destacando la importancia científica de la obra del homenajeado. Martín Minguijón ha subrayado que “sus publicaciones han esclarecido de manera definitiva incógnitas cuya solución era indispensable para el avance del conocimiento científico” y ha señalado que estos resultados se deben a la combinación de su "sólida especialización en Derecho Romano con su formación filológica en latín, griego y codicología”, poniendo de relieve así la profundidad humanística y el rigor técnico que caracterizan su contribución intelectual.
Fernando Reinoso Barbero, propuesto por la Facultad de Derecho, citó cuatro aspectos que intensifican su "el natural desasosiego" al recibir "con sobrecogimiento semejante honor". El primero se debe, dijo, a la El primero de ellos se debe a la memoria de su padre porque también él fue distinguido con el título de doctor honoris causa, entre otras, por la UNED hace 23 años. El segundo hecho también "eleva la mirada al Cielo, desde donde nos contempla mi maestro, el profesor Manuel García Garrido, primer rector y fundador de la UNED. Hace medio siglo, tuvo un sueño: crear una universidad abierta, audaz y diferente. Con entusiasmo, con perseverancia, con una entrega inspiradora y contagiosa, sembró la semilla de un proyecto que ha crecido hasta convertirse en este árbol robusto que hoy nos acoge. El tercero se debe al significado emocional que la UNED tiene para mí. Pionera en muchos aspectos, gracias a su innovadora didáctica y a sus más de 150.000 alumnos, representa, a nivel personal, el lugar donde inicié mi oficio de profesor universitario hace cuarenta y cinco años y donde lo ejercí hasta 1988". Y el tercer hecho que le estremece es el de ser el tercer romanista que recibe el título de doctor honoris causa por la UNED. "Con humildad, y sin la menor dosis de la modestia ritual que suele acompañar estas ocasiones, me convierto así en el sucesor, aunque indigno, de dos gigantes: Max Kaser, profesor de la Universidad de Salzburgo, y Mario Talamanca, profesor de la Universidad ‘La Sapienza’ de Roma".
Reinoso ofreció algunas claves sobre la transformación técnica de a ciencia jurídica en su desarrollo histórico, una transformación que en parte está ligada a la propia evolución del derecho romano. "En gran parte de Europa, esta transformación está íntimamente ligada a la evolución del derecho romano", dijo. Manifestó en su lección que el desarrollo de la ciencia jurídica como progreso continuo en el tiempo no es como el de las ciencias experimentales porque "no sigue una línea recta ni un perfeccionamiento constante. Su génesis es un vaivén de ascensos y caídas, impulsos y repliegues, avances y retrocesos durante sus numerosas metamorfosis históricas".
Fernando Reinoso expuso que el derecho comienza "casi desde cero, con las rudimentarias reglas quiritarias del siglo VII A.C. Pero, apenas dos siglos después, con la promulgación de la ley decenviral de las XII Tablas, el derecho empieza a experimentar un desarrollo sistemático, ascendiendo cada vez más rápido por la ladera hasta alcanzar su apogeo en la cima de la montaña durante la época clásica, poco antes del comienzo de nuestra era. Es entonces cuando la jurisprudencia se convierte en ciencia y el derecho en arte: ius est ars boni et aequi, en palabras de Celso".
El derecho contemporáneo, señaló Reinoso, puede superar al derecho romano "en términos de rigor científico en determinadas áreas del derecho público, especialmente en aspectos concretos del derecho constitucional, administrativo, tributario e internacional, así como en otros ámbitos que no existían como tales en la Roma antigua, como el derecho laboral. Es evidente que el derecho romano no pudo anticipar, y por tanto tampoco abordar, todos los desafíos y complejidades propios de la sociedad moderna, lo que revela con claridad los límites de su tiempo. Sin embargo, aunque resulte sorprendente, el nivel de desarrollo técnico del derecho romano clásico aún no ha sido recuperado en la actualidad en áreas específicas del derecho privado, es decir, quod ad singulorum utilitatem pertinet. En Roma, el ámbito del derecho privado era mucho más amplio que el concepto moderno y estaba repleto de soluciones inéditas, muchas de las cuales siguen resultando, incluso hoy, extraordinariamente innovadoras".
Indicó el nuevo doctor honoris causa por la UNED que disponemos "de una acción para defender un derecho cuando la ley nos lo reconoce. En cambio, en Roma, solo disponíamos de un derecho cuando teníamos una acción para defenderlo. Simple y prodigioso, ¿verdad? Aunque el resultado final pueda parecer similar, la diferencia radica en la sofisticada concepción romana del ejercicio de las acciones procesales, cuyo diseño implicaba múltiples consecuencias técnicas en la realización de los derechos. Las acciones, en particular las edictales, brindaban una notable seguridad jurídica, y su proceso de creación aseguraba una actualización constante, algo que hoy podríamos calificar como 'en tiempo real".
"Hacia el año 130, -prosiguió el ilustre ponente- el emperador Adriano, con buena intención pero escasa fortuna, estabilizó el Edicto Perpetuo. ¡Fue como congelar un río en plena crecida! A mi juicio, esta decisión, entre otras, señaló el comienzo de una etapa de involución. El derecho posclásico fue deslizándose ladera abajo hasta transformarse, en última instancia, en un producto degradado, una versión degenerada conocida como ‘derecho romano vulgar’.
Pero mientras Occidente se sumía en la parte oriental del Imperio, el academicismo de las escuelas de Berito y Constantinopla conservó el conocimiento jurídico, sin el cual no habría sido posible ni la compilación justinianea ni, en consecuencia, los códigos civiles europeos actuales. "En efecto, en el Imperio Romano de Oriente, el emperador Justiniano avivó de nuevo la actividad jurídica en el siglo VI d.C. con el Corpus Iuris, una magnífica recuperación -aunque interpretada- del derecho clásico. Gracias a las obras de esta compilación, en especial el Digesto, y a algunas otras pocas fuentes, como las Instituciones de Gayo, una parte de aquel derecho se ha preservado, convirtiéndose en la base de los ordenamientos modernos".
Las caídas más abruptas ocurrieron en Europa entre los siglos VII y XI, un período en el que el derecho romano enfrentó uno de sus peores abismos. En el siglo XII hubo un resurgir "impulsado por el redescubrimiento del Digesto de Justiniano, perdido durante siglos".
"Estas circunstancias, dijo el doctor Reinoso-Barbero, generaron un efecto expansivo del derecho romano, favoreciendo su difusión. Desde entonces, las universidades europeas enseñaron sobre todo el derecho de los dos corpora iuris ‒ el civilis y el canonici ‒, es decir, el utrumque ius. Este derecho romano-canónico se convirtió en el corazón de la cultura jurídica de Europa y en el pilar de los planes de estudios de las universidades medievales o studia generalia como Bolonia, Padua, Modena y Siena en Italia; París, Orleans, Aviñón, Montpellier y Toulouse en Francia; Palencia, Valladolid, Salamanca, Murcia y Huesca en España; Heidelberg, Leipzig y Colonia en Alemania; Lovaina en Bélgica; Utrecht en Holanda; la Carolina de Praga en Bohemia; Viena en Austria; o Coímbra en Portugal, entre otras. Gracias a este antecedente, desde finales de la Edad Media y durante toda la Edad Moderna, gran parte de Europa comparte un mismo derecho civil llamado por ello ius commune, un ‘derecho común’ basado en el derecho romano".
La etapa codificadora iniciada en el siglo XIX determinó el final de ese ius commune europeo, reemplazado por los códigos civiles nacionales. "No obstante, estos códigos responden a la tradición jurídica conocida hasta ese momento, embebida de derecho romano. Por eso, hasta los códigos civiles más originales conservan una alta proporción de derecho romano", y así el primer paradigma es el Código civil francés de 1804, el Code napoleónico. "Este código innovador es el resultado de una hábil transacción entre el derecho romano y el consuetudinario de corte germánico, que, en lo esencial, ha permanecido inalterada incluso tras la profunda actualización del derecho de obligaciones llevada a cabo en 2016. Ha servido de arquetipo a más de medio centenar de códigos civiles, entre ellos, los de Bélgica y Luxemburgo de 1807, el de Holanda de 1838 o el de Portugal de 1867". El ponente fue mencionando los códigos civiles de Austria, España, Alemania, Suiza, Italia, Grecia, Rusia..."La raíz romanística común de estos códigos civiles no implica una homogeneidad absoluta, pues aquella se compadece y concilia con los particularismos regionales y con la elección de diferentes soluciones, incluso dentro de las ofrecidas por el propio derecho romano, que no siempre fueron uniformes a lo largo de sus distintos períodos. En definitiva, todos bebieron de la fuente romana, aunque cada código lo hizo a su manera".
Estos códigos europeos han ‘romanizado’ jurídicamente civilizaciones ajenas a la acción directa de Roma. Y así, el derecho romano cruzó océanos. En América se introduce a través de los colonizadores españoles y portugueses, pero luego se incorpora a los códigos civiles impulsado por legisladores como Bello, Santa Cruz, Teixeira de Freitas y Vélez Sarsfield. "os códigos civiles americanos se pueden dividir en dos grupos distintos. En el primero, influenciado por el derecho castellano y el proyecto español de García Goyena, destaca sobre todo el Código civil de Chile de Andrés Bello (1855). Este código fue adoptado, en ocasiones con mínimas modificaciones, por países como Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua o Panamá. Además, tuvo una gran influencia en otros códigos civiles, como los de Argentina y Uruguay. Cuba se encuentra también en este grupo, aunque por razones diferentes, pues desde su independencia mantuvo el Código civil español, vigente allí hasta 1987. El segundo grupo opta por el modelo del Code francés e incluye códigos civiles como los de Oaxaca, Bolivia, Costa Rica o República Dominicana".
Las instituciones del derecho romano presentes en los códigos civiles europeos también han sido transmitidas, a través de estos, a códigos de países asiáticos, como los de Japón y China, entre muchos otros, señaló Reinoso, para añadir que el actual Código civil japonés toma como referencia el BGB alemán, del que reproduce tanto su estructura como partes significativas de su contenido. Además, incorpora elementos de otros códigos occidentales, principalmente el francés y, en menor medida, el español. "Pero el caso más significativo y reciente en cuanto a la recepción del derecho romano es el nuevo Código civil de la República Popular China, en vigor desde 2021, un texto altamente técnico, concebido para modernizar el derecho del país en un contexto de apertura jurídica. El derecho romano está ampliamente presente en su articulado".
"El derecho nacido en aquella humilde aldea de pastores (Roma) sigue conquistando el mundo, no por la fuerza, sino con su lógica y su orden. Su ‘competencia’ o sistema alternativo en el escenario occidental es el ofrecido por el derecho anglosajón del Common Law, con influencia en poco más de treinta países. Este se inicia en Inglaterra desde donde se expande al resto del Reino Unido y otros países tan importantes como Estados Unidos, Canadá o Australia, aunque con las excepciones mixtas de Escocia o Quebec", manifestó en su discurso el doctor Reinoso.
Pero incluso esta tradición inglesa no es del todo ajena al derecho romano, pues, en su origen, recibe de él tanto su sistemática jurisprudencial como parte de su terminología. "El glosador Vacario enseñaba derecho romano con gran eficacia en Oxford y Canterbury hasta 1151, cuando el rey Esteban prohibió estos estudios y cerró sus escuelas. Más tarde, en 1234, el rey Enrique III confirmó la prohibición de enseñar derecho romano en Londres. Por estas y otras razones, la recepción del derecho romano en Inglaterra —y en los países que de ella dependieron— ha sido limitada. No obstante, desde la década de 1540, su enseñanza e investigación se han cultivado con gran éxito en las dos grandes universidades inglesas, Oxford y Cambridge, a través de las cátedras Regius of Civil Law, cuyos titulares siguen siendo designados actualmente por la Corona británica, seleccionados entre los romanistas de mayor prestigio, con independencia de su nacionalidad".
"Tampoco se produjo una recepción significativa del derecho romano en las tierras escandinavas ni en las bálticas. La incorporación a la UE de Estados de estas regiones nórdicas, junto con otros de tradición common law -entre ellos el Reino Unido antes de su retirada en 2020- ha puesto de manifiesto las consecuencias de esa diversa herencia jurídica. Jueces del Tribunal de Justicia de la Unión Europea han señalado en diversas ocasiones las dificultades derivadas de esas diferencias de tradición, incluso en ámbitos tan técnicos como el procedimiento administrativo. Así, por ejemplo, el recurso de anulación, institución fundamental del derecho procesal europeo, se construye sobre el modelo del recurso de casación propio de los países de formación romanística, caracterizado por la separación entre los motivos de legalidad interna y externa. Esta distinción, sin embargo, suele resultar incomprensible para juristas de Estados que no comparten el legado cultural del derecho romano. Como es bien sabido, el derecho romano —en particular el contenido en el Digesto, probablemente el texto jurídico más universal e influyente de la historia— establece los fundamentos del derecho privado occidental. Ha proporcionado a este último un horizonte de posibilidades, sustentado en categorías jurídicas dotadas de una temprana terminología científica. La persistencia del derecho romano se manifiesta sobre todo en tres grandes áreas en las que puede apreciarse una cierta unidad intelectual en el tratamiento que les confiere nuestro Código Civil español:
Estas reflexiones, dijo el nuevo doctor honoris causa, se refieren al derecho privado, "pero lo cierto es que la médula de nuestro ordenamiento jurídico en su conjunto está impregnada de iusromanismo. Incluso aquellas áreas aparentemente más alejadas de su influencia no se sustraen por completo a conceptos que hoy solo se comprenden desde su concepción romanística. ¿Y qué decir de los centenares de principios generales del derecho —y, por tanto, fuentes del derecho vigente— procedentes de regulae iuris romanas, reconocibles únicamente a través de su formulación latina? El reciente Diccionario del Español Jurídico de la Real Academia Española recoge más de quinientas reglas en latín, y algunas más en español, que siguen siendo aplicadas por los tribunales de las cinco jurisdicciones. Entre ellas, algunas tan conocidas como non bis in idem, actor rei forum sequitur o patere legem quam ipse fecisti, por citar solo tres axiomas del derecho romano que, al mismo tiempo, constituyen principios generales tanto del derecho español como del derecho de la Unión Europea. No es de extrañar que el mes pasado, en Washington, una destacada presidenta europea recordara algo evidente: “Nuestra civilización es fruto de la fusión de la filosofía griega, el derecho romano y los valores cristianos”.
Los 13 siglos de evolución del derecho entre Rómulo y Justiniano, suponen un período a modo de "laboratorio para la humanidad, donde numerosas instituciones fueron concebidas, evaluadas y sometidas a las más exigentes pruebas de la casuística. Muchas de ellas no solo no han envejecido mal, sino que han llegado hasta nuestros días con un elevado grado de desarrollo y perfeccionamiento. Por eso, ante los nuevos desafíos –sean forenses, jurisprudenciales o legislativos– conviene recordar que, a menudo, las respuestas ya están escritas en las páginas del pasado. En ellas se preservan los preludios de los amaneceres jurídicos que aún están por llegar".
En defensa de una Economía de sistemas
A propuesta de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, la UNED invistió doctor honoris causa a José Manuel Naredo Pérez, economista, estadístico y referente intelectual de la Economía Ecológica y del pensamiento transdisciplinar. El catedrático Luis Camarero, su padrino académico, repasó las numerosas facetas del pensamiento de Naredo: su incursión en la Sociología desde la Estadística Agraria, su crítica al modelo económico dominante y su defensa de un nuevo paradigma, que llamó “ecointegrador”. Camarero destacó en su laudatio el papel de Naredo como pionero en el estudio del metabolismo agrario y su impulso a nuevas formas de análisis sobre desigualdad, territorio y vivienda. y ha recordó que, frente a la dogmática de un único sistema económico, Naredo ha defendido siempre una economía de sistemas que dialogue con la Ecología, la Sociología y las Ciencias Políticas. “Naredo ha mostrado cómo el desarrollo no es producción, sino posición; cómo el crecimiento económico se sostiene sobre el expolio ambiental y la desigualdad social”, concluyó.
A continuación pronunció su discurso Naredo Pérez, que lo inició con unas reflexiones sobre la encrucijada actual: crisis de civilización y crisis del pensamiento crítico. Así señaló que el "aumento conjunto del deterioro ecológico, de la precariedad económica y de la polarización y la crispación social muestran el declive de la civilización o supersistema cultural globalizado que nos está tocando vivir. Pero, cuanto más evidente se hace la crisis de civilización, más difícil parece reconducirla hacia horizontes ecológicos y sociales más prometedores. Mi último libro apunta a explicar las causas del impasse socio-político que subyace a esta paradoja, viendo cómo el discurso crítico, desorientado por señuelos e idolatrías y lastrado por palabras vacías de contenido que acostumbro a denominar no-conceptos, no ha conseguido identificar bien la actual tiranía corporativa que gobierna el mundo, ni trascender el núcleo duro de la ideología dominante que permanece así en buena medida al resguardo de la crítica".
Sombras del conocimiento parcelario
Entre las causas, señaló que el predominio actual de los enfoques sectoriales y parcelarios limita ya de por sí el conocimiento. "Hemos de recordar que ideología es el vehículo espontáneo que conduce nuestros enfoques, instituciones y comportamientos y que un determinado enfoque subraya e incluso cuantifica ciertos aspectos, pero por fuerza soslaya otros, de ahí que, en ocasiones, prime su función encubridora. Y la percepción del presente y del pasado condiciona la imaginación del futuro y las posibilidades de cambio: si se mira con un único enfoque el pasado y el presente, el futuro aparece como una foto fija del presente, induciendo a postular el fin de la historia. Así las cosas, desmontar la ideología dominante exige trascender el habitual conocimiento parcelario para relativizarla y ver que no existió ni fue dominante en el pasado, ni tiene por qué seguirlo siendo en el futuro".
Por ejemplo, "se establece que hay dos disciplinas diferentes: por un lado, la política que se ocupa del poder y, por otro, la economía que se ocupa de la riqueza. Y al considerar ambas separadas de la moral, se idearon mecanismos mercantiles y democráticos para reorientar hacia el bien común los afanes de acumular poder y riqueza de las personas. Pero acontecimientos como la presidencia de Trump en EEUU, con el apoyo su principal consejero Elon Musk, que fusionan a la vez poder y riqueza, revientan desde dentro esa frontera ficticia. Pues la realidad no tiene costuras y en ella el poder se solapa a diario con la riqueza aflorando fenómenos que perturban esos mecanismos: aparece una 'picaresca empresarial' que busca 'políticos conseguidores' para hacer buenos negocios y surgen relaciones clientelares entre las personas asociadas a esas organizaciones jerárquicas que son las empresas y los partidos políticos, que recorren todo el cuerpo social y explican en buena medida esa 'servidumbre voluntaria' de la que nos hablaba La Boétie hace siglos. Como también se observa que el habitual conocimiento parcelario acostumbra a segregar la economía estándar de esa economía de la física que es la termodinámica y de esa economía de la naturaleza que es la ecología, cuando una gestión razonable reclamaría una buena puesta en común".
El lugar de las ciencias sociales
Dijo el profesor que desde antiguo, se pensaba que las personas serían capaces de mejorar la sociedad y que las ciencias sociales contribuirían a ello. "Pero ahora vemos que las ciencias sociales no solo tratan de cumplir esa función, sino que han generado nuevas mitologías legitimadoras del statu quo que son, a la vez, instrumento y parte de la ideología dominante. Las ciencias sociales desempeñan, así, un papel ambivalente: por una parte, ejercen como corrientes legitimadoras y/o gestoras del statu quo, por otra, mantienen su mordiente crítico, ejerciendo como corrientes heterodoxas. La libertad de pensamiento de la que, por principio, hace gala la universidad, la obligan a albergar tanto a unas como a otras. Aunque los enfoques analítico-parcelarios y los baremos de puntuación habituales acostumbran a penalizar la transdisciplinariedad y, por ende, a las corrientes críticas, por lo que reitero mi agradecimiento a la UNED por valorar la transdinsciplinariedad positivamente".
Sobrepasar la ideología dominante
Destacó el doctor Naredo que escapar del actual impasse implica "ser conscientes de que la razón científica no ha contribuido tanto a desencantar y desacralizar el mundo como a cambiar los referentes simbólicos y revestirlos con nuevas racionalidades domesticadas, con sus nociones de sistema económico y político a la cabeza, que hay que relativizar y trascender, para poder identificar bien la sociedad actual y su posible evolución. Para conseguirlo, he venido analizando la génesis, evolución y perspectivas de esas nociones, con su correspondiente aparato conceptual, avanzando en una especie de genealogía conceptual orientada a desvelar las trampas del lenguaje que apuntalan el statu quo a la vez que descarrían y agotan la crítica social. Las investigaciones antropológicas que durante las últimas décadas han venido cuestionando la presunta universalidad de la noción occidental de la naturaleza humana en la que acostumbran a apoyarse esas nociones de sistema, me hacen sentirme más acompañado en esta labor".
El aparato conceptual de la ideología dominante es, en buena medida, metafórico
"Y como nos recuerdan Lakoff y Johnson, 'las metáforas pueden ocultar aspectos de la realidad y una metáfora en un sistema político o económico puede llevar a la degradación humana en virtud de aquello que oculta'. En lo que sigue me ocuparé de trascender, primero, esa pieza clave de la ideología dominante que es la noción usual de sistema económico, que se enseña en los manuales y que cifran las Cuentas Nacionales, para proponer después otras formas más sugerentes de ver un mundo económico abierto y multidimensional, que interacciona con el mundo físico y social.
El invento de la economía estándar
El nuevo doctor honoris causa por la UNED mostró cómo la economía estándar nació como disciplina independiente y pretendidamente científica y citó la construcción social de la realidad económica: la metáfora de la producción y la idea usual de sistema económico, considerando este autor que la configuración de la noción usual de sistema económico ejemplifica bien los pasos marcados por la Sociología del conocimiento "para construir socialmente las elaboraciones que se asumen como 'realidad', expuestas en el libro pionero de Berger y Luckmann titulado La construcción social de la realidad. Dicen estos autores que este proceso se descompone en tres fases:
En el caso de la idea usual de sistema económico estas fases son las siguientes:
El análisis de cómo se generó y evolucionó la idea usual de sistema económico realizado en su libro antes citado se remata con el capítulo 24, "que formula la axiomática que lo informa y delimita sus piezas, lo que permite aclarar aspectos importantes relacionados con la definición de la propia disciplina, con su falsa condición de ciencia cuantitativa y, sobre todo, con su aislamiento de otras disciplinas que resulta de circunscribir su razonamiento al universo aislado de los valores monetarios. En efecto, un aspecto que aclara la axiomática que subyace a la noción usual de sistema económico es que se trata de un sistema que razona en el universo aislado de los valores monetarios. Los objetos económicos nacen y mueren en el seno del mismo sistema: nacen cuando la llamada función de producción les infunde valor monetario y desparecen cuando pierden su valor y se dice que son consumidos, ignorando que antes de ser valorados existían en forma de recursos, y que siguen existiendo después de perder su valor en forma de residuos. El predominio de este sistema cerrado y unidimensional como guía suprema de la gestión económica cierra la puerta a la puesta en común con otras disciplinas".
Función encubridora: aparece un “medio ambiente” inestudiado
La metáfora de la producción, señala el nuevo doctor honoris causa, encubre los procesos de extracción y de mera adquisición y los daños ocasionados: "aparece, así, un 'medio ambiente' físico y social inestudiado por el sistema… al que se añade, para colmo, un 'medio ambiente' financiero, plagado de formas de lucro ajenas a esa metafórica producción. El llamado 'medio ambiente' viene siendo el vacío analítico que deja inestudiado el enfoque económico ordinario en el mundo físico, al circunscribir su razonamiento al universo de los valores monetarios. Y cuando la red analítica de la economía estándar deja un medio ambiente inestudiado hay dos formas de abordarlo:
"El enfoque ecointegrador que vengo proponiendo desde hace tiempo busca conectar ambas aproximaciones primando la integración del conocimiento para unir la reflexión monetaria con la física y la institucional. Pues hemos de recordar que la especie humana forma parte de la biosfera y que esa biología de sistemas que es la ecología debe incluir a la especie humana, con sus convenciones culturales e institucionales de la propiedad y el dinero, de las que en principio se ocupa la economía". En mi último libro reviso cómo nació y se generalizó, como algo neutro y universal, esa noción de 'medio ambiente' aplicada al mundo físico que considero que ha servido para distraer la atención de las verdaderas causas del deterioro ecológico que viene generando la civilización industrial. La proliferación de nuevas administraciones 'ambientales' encargadas de velar por algo de lo que carecen de competencias, cuando siguen funcionando las de siempre, genera ya de por sí ineficacia y despilfarro. Como también lo provoca el fallido empeño de corregir los efectos últimos sobre el clima del metabolismo de la sociedad industrial, sin preocuparse de atajar las causas (el uso de la Tierra y sus recursos). Y es que, para ayudarnos a convivir con nuestros males, la mente humana tiende a creer que los problemas pueden solucionarse con eventos ceremoniales, conjuros institucionales u otros gestos dilatorios, sin cambiar el contexto que los genera. Para soslayar el conflicto entre desarrollistas y conservacionistas presente hace medio siglo se inventó la meta del desarrollo sostenible, juntando los opuestos para contentar a todo el mundo. Desde entonces vengo recomendado vigilar críticamente la inflación de adjetivos que se usan para encubrir o edulcorar problemas no resueltos. El hecho de enarbolar las jaculatorias del desarrollo de sostenible, justo, inclusivo, resiliente… revela que el desarrollo que conocemos es insostenible, injusto, exclusivo…y genera logros escasamente resilientes (como evidencian la catastrófica Dana de Valencia o el gran apagón registrado el lunes 28 de abril). El medioambientalismo banal en boga no ha conseguido, así, reconvertir el metabolismo tan ávido de recursos y pródigo en residuos propio de la civilización industrial, sino que lo ha acentuado: la trepidante obsolescencia provocada en aras de las nuevas tecnologías y la transición energética ha multiplicado exponencialmente la extracción de minerales, a la vez que sigue creciendo la extracción de combustibles fósiles encabezados por el carbón, que lidera este crecimiento".
Propuesta de enfoque ecointegrador
Frente a los enfoques parcelarios habituales, indica José Manuel Naredo que van emergiendo otros "que se podrían agrupar en torno a lo que he venido llamando paradigma ecointegrador, porque defiende el principio de integración en un triple sentido. En primer lugar, integración del conocimiento para trascender los enfoques parcelarios habituales y, sobre todo, el sonado divorcio entre economía y ecología. En segundo lugar, integración de especie humana y naturaleza, recordando que la simbiosis es la clave del enriquecimiento de la vida en la Tierra, lo cual induce a desplazar el actual antropocentrismo hacia un nuevo geocentrismo. Y en tercer lugar, integración de individuo y sociedad, lo que implica la reconstrucción profunda de identidades y la recreación de la propia sociedad civil. Con lo cual la emergencia del paradigma ecointegrador no es solo cuestión de política y de economía, sino que tendría que abarcar por fuerza las “tres ecologías” a las que se refiere Félix Guattari ―la mental, la social y la del mundo físico a gestionar― para integrarse, con palabras de este autor, en una 'ecosofía' de nuevo cuño, a la vez práctica y especulativa, ético-política y estética", añadiendo que los dogmatismos siguen impulsando el divorcio entre economía y ecología y haciendo que impere la creencia en El sistema económico como en otro tiempo imperó El sistema newtoniano como dogma del conocimiento científico capaz de explicar El sistema del mundo, como rezaba el título del conocido libro de Laplace (1796) Exposición del sistema del mundo. Curiosamente, en economía sigue imperando desde Adam Smith el mismo sistema del mundo económico, cuando en la propia física se han producido revoluciones científicas que cuestionaron el dogma mecanicista como paradigma único de racionalidad y han aparecido otros sistemas con los que interpretar y predecir el mundo ―como la física relativista y la física cuántica― quedando la mecánica clásica como una noción sistémica particular que sigue siendo útil para trabajar con las velocidades modestas y los instrumentos del mundo macroscópico al que estamos habituados. Al igual que para el observador de estrellas puede ser más útil el universo de Ptolomeo que el de Copérnico, aunque sepamos que el Sol, los planetas y las estrellas no giran alrededor de la Tierra. El paradigma ecointegrador propone pasar del dogmatismo de ese único sistema ―el sistema económico― a una economía de sistemas, fusionada con esa biología de sistemas que es la ecología. Aclaremos que el enfoque ecointegrador no trata de sustituir un reduccionismo por otro, sino de encajar la reflexión de los valores monetarios propia del enfoque económico ordinario en un contexto más amplio y enriquecedor incluso para la propia reflexión monetaria".
Contó el ponente que sus numerosas aplicaciones del enfoque ecointegrador "evidencian su mayor potencial analítico y predictivo lo que, unido a la mayor amplitud de su objeto de estudio y a su carácter abierto, transdisciplinar y multidimensional, debería potenciar también su naturaleza inclusiva frente al dogmatismo reduccionista del enfoque económico ordinario. Valga decir ahora que, al trascender con este enfoque las categorías y las parcelas habituales de conocimiento, afloran nuevas realidades a analizar que permanecían eclipsadas por ellas".
Nuevos mundos aparecen cuando se trasciende el enfoque económico ordinario
En efecto, señaló el doctor, "el enfoque ecointegrador al ampliar el objeto de estudio e integrar el conocimiento de otras disciplinas abre nuevos mundos antes inexplorados. En lo referente al 'medio ambiente' físico, este enfoque amplía el objeto de estudio al conjunto del metabolismo económico, visibilizando los recursos naturales antes de ser valorados y los residuos artificiales sin valor. Para ello, el enfoque ecointegrador ha de compartir los análisis con las disciplinas que tenían como objeto de estudio los componentes de ese 'medio ambiente' inestudiado por la economía ordinaria para analizar el metabolismo económico completo, con todos sus flujos (agua, energía, materiales, información y dinero) y el territorio en el que insertan" y puso este ejemplo: "para orientar bien la gestión del agua se ha de contar con la hidrología, que estudia el ciclo hidrológico en su conjunto en cada territorio, desde que el agua entra por precipitación y fluye hacia el sumidero último de los mares hasta que la fase atmosférica del ciclo la devuelve de nuevo con calidad y cota sin que aparezca ningún medio ambiente de agua inestudiado. Se ha de saber si estamos en un territorio con clima húmedo, mediterráneo…o árido para orientar la gestión con una Ley del Aguas en consonancia, que regule bien los derechos y los usos, tal y como he venido proponiendo. Y lo mismo cabría decir para la energía y los recursos naturales en general. El problema se agrava sobre todo cuando se trata de gestionar stocks no renovables como son el territorio o los recursos minerales que contiene, ya que el enfoque económico ordinario habla de flujos de producción de oro, de hierro o de titanio y suma los “valores añadidos” de las actividades extractivas mezclándolos con los del resto, considerando solo el coste monetario de extracción e ignorando el de reposición de esas rarezas de la corteza terrestre que son los yacimientos, promoviendo con ello el extractivismo propio de la civilización industrial y desanimando la conservación y el reciclaje. Cuando una gestión razonable debe, como punto de partida, visibilizar los recursos minerales en forma de stocks no renovables y jerarquizarlos atendiendo no solo a los costes físicos efectivos de extracción, concentración y refino de las sustancias deseadas, sino también a los costes sombra de reposición de los yacimientos, para calibrar y orientar todos los instrumentos económicos en favor del uso de materiales abundantes, fáciles de obtener y reciclables, supeditando a ello la eficiencia y evitando el actual despilfarro interesado. Todo ello teniendo en cuenta que controlar y reorientar el extractivismo reinante se revela un objetivo a consensuar mucho más prioritario y efectivo para reducir el aumento de la entropía planetaria que el empeño de la reconversión energética actual, que está potenciando el extractivismo a niveles sin precedentes con el pretexto no logrado de recortar las emisiones de CO2".
Otras aplicaciones que evidencian la potencia del enfoque ecointegrador son las que abren nuevos mundos sobre los que reflexionar e incidir en torno a las nociones de desarrollo económico y lucro.
La naturaleza relacional del desarrollo económico
Un ejemplo importante de cómo, al trascender la dogmática económica imperante, se abren otros mundos, es el análisis de lo que es un país rico o desarrollado desde perspectivas más amplias y reveladoras de lo que lo hacen los enfoques económicos ordinarios. "De entrada, la creencia dominante de que un país rico o desarrollado es un país muy laborioso y productivo, que es capaz de ahorrar mucho y de prestar e invertir dinero en el resto del mundo, se cae si nos damos cuenta de que el país más rico o desarrollado del mundo que es EEUU es el más endeudado de la Tierra: su pasivo neto frente al resto del mundo ha alcanzado en 2023 los 20 billones de dólares según datos del FMI. Superando este engaño, he podido definir un país rico o desarrollado, trascendiendo la metáfora de la producción, como aquél que consigue aumentar su capacidad de compra sobre el mundo utilizando algunos de los siguientes mecanismos: 1º) se beneficia de una relación de intercambio favorable frente al resto del mundo; 2º) atrae capitales del resto del mundo emitiendo pasivos no exigibles y titulizando o magnificando la solvencia de sus pasivos exigibles; 3º) usa el resto del mundo como base de recursos y sumidero de residuos; 4º) atrae población del resto del mundo". Ello, en palabras de José Manuel Naredo, "evidencia la naturaleza relacional de eso que se llama desarrollo económico, al definir un país desarrollado como aquel que ha conseguido aumentar su capacidad de compra sobre el mundo por los caminos indicados, alcanzando así una situación privilegiada. Ya que, si un país cuenta con una relación de intercambio favorable, es porque hay otros que la tienen desfavorable. Si un país ejerce como atractor de capitales, es porque a otros se les escapan sus capitales. Ya que si un país utiliza el resto del mundo como base de recursos y sumidero de residuos es porque existe ese resto del mundo a explotar y contaminar. Y si un país atrae población es porque otros la pierden. Desde esta perspectiva, el desarrollo parece una cuestión más de posición que de producción, lo cual nos muestra que el modelo Depredador-Presa es mucho más revelador de las relaciones de dominación territorial en curso que los del enfoque económico ordinario, como confirman las aplicaciones que he venido haciendo desde la escala regional".
Perspectivas
"Valgan los ejemplos anteriores para señalar que el enfoque ecointegrador aporta conocimiento sobrado para reorientar el metabolismo de la sociedad industrial hacia horizontes ecológicos y sociales más saludables, lo que falta es voluntad social y política para aplicarlo. Pero, dada la vinculación de los axiomas y conceptos en que se basa la economía estándar con determinados intereses y presupuestos éticos, ideológicos e institucionales, la transformación de aquellos ha de ir de la mano de la modificación de éstos, dependiendo la posible revolución científica en esta disciplina de cómo evolucione la crisis más amplia de civilización que nos ha tocado vivir. Se revalorizan así las reflexiones del período de entreguerras del siglo pasado que superaron la visión lineal y progresiva de la historia para interpretarla de forma más cíclica como una sucesión de auge y declive de civilizaciones, que todavía alcancé a estudiar en la universidad con el libro de Sorokin Las filosofías sociales de nuestra época de crisis (1954). Soy consciente de que no será tanto la racionalidad y coherencia de la crítica la que provoque la revisión de los presupuestos en los que hoy se inspira la economía estándar, como la fuerza de ciertos hechos que preparen un terreno socialmente favorable. No obstante, la discusión explícita y razonada de tales presupuestos puede contribuir a incrementar la tensión mental que precede y motiva los cambios en las creencias y valores establecidos. Pues también está claro que si no sometemos a reflexión los presupuestos que orientan implícitamente el quehacer de los economistas y las construcciones de la ciencia económica, difícilmente podrán modificarse. He aprovechado este discurso para llamar la atención sobre estos presupuestos invitando a pensar sobre la parte no pensada que arrastra nuestro pensamiento".
Secretario General de Universidades: "¿Qué sería de España sin la UNED?"
El secretario general de Universidades, Francisco García Pascual, rindió homenaje a los nuevos doctores honoris causa, a quienes definió como “dos personas que han enriquecido el pensamiento y el conocimiento de nuestro país”. Subrayó que su trayectoria demuestra que la excelencia intelectual no se mide únicamente por la producción científica, sino también por “la vocación de servicio público y la capacidad de abordar los desafíos de nuestro tiempo”. Así elogió la voz lúcida y crítica de José Manuel Naredo Pérez, “adelantada en la crítica al crecimiento económico”, cuyas ideas han sido referencia para generaciones de investigadores, como él mismo, que realizó su tesis doctoral a partir de la obra El desarrollo de la agricultura en España. Del profesor Reinoso, destacó su defensa de que “la solidez de la Democracia también se mide en la calidad de los estudios jurídicos”, una afirmación especialmente relevante “en tiempos de aceleración y olvido”.
García Pascual enmarcó esta investidura como una reafirmación del modelo de universidad pública que el Ministerio defiende: “abierta, plural, crítica y comprometida con el bien común”. Reivindicó el valor de la docencia, la necesidad de pensamiento crítico y la misión transformadora de la universidad como espacio de generación de conocimiento al servicio de la sociedad. “¿Qué sería de este país sin sus universidades públicas? ¿Qué sería de España sin la UNED?”, se preguntó, denunciando los intentos de aislar el ejercicio intelectual en un contexto de creciente desconfianza hacia la ciencia y defendiendo, frente a ello, el papel de la universidad como “arma de la razón crítica” capaz de imaginar y construir otros paradigmas sociales posibles: “Sigo creyendo que la razón y el conocimiento pueden y deben transformar la sociedad. Estoy convencido de ello”.
Rector de la UNED
El rector de la UNED, Ricardo Mairal Usón, recordó que "conmemoramos en este día nuestro respeto y compromiso con la Ciencia, así como con los valores que la presiden, su búsqueda a través de la investigación y su resultado: el conocimiento que nos permita construir una sociedad más ilustrada, justa y madura, fomentar un pensamiento más crítico y un saber más solidario. Esto es, un mundo mejor".
Según la primera autoridad de la UNED, "vivimos en una sociedad efervescente, repleta de estímulos y desafíos, a los que debemos responder desde la Universidad, desde esa Universidad que debe ser capaz, en el siglo XXI, de apelar a una educación consciente y responsable, tomando a todas las personas como fines y asumiendo que los límites no son abstractos sino vivos, y en el entendimiento de que el pluralismo de la comprensión no es lenidad, sino que obra a favor del bien común y sus propuestas", y todo ello, señaló, "sin olvidar que, junto a la crítica conviene, más que la admonición y la queja, la interpretación y comprensión de los factores causantes, con el fin de no reproducirlos sino alterarlos eficazmente dando lugar a alternativas de mediación y horizontes de paz".
El rector indicó que "en esta sociedad hiperventilada, resulta reparador aprender del ejemplo de aquellas comunidades científicas/académicas que tejen alianzas y pactos en torno a las culturas de la no violencia, la no discriminación fanática, en torno al respeto, la tolerancia, la paz, y reivindicar la moderación reflexiva, mediada y calma, que reclama el tiempo del sosiego en la lectura y el estudio, esencia de la creación de conocimiento. Frente a la exigencia incesante de inmediatez en la que nos vemos inmersos, quizá lo que realmente necesitamos no sea más estímulos ni más presión, sino precisamente lo contrario: más tiempo para leer, para conversar, para sumergirnos en el diálogo silencioso de los libros y formar parte de esa comunidad que, a través de la interpretación y el intercambio de ideas, mantiene viva la llama de la cultura".
Habló Mairal Usón de un tiempo "que nos conduzca a una sociedad más humanizada, que nos permita ser conscientes de que la creatividad del mejor futuro por-venir ha de ser interpretado desde la gratitud y el reconocimiento de los legados y filiaciones que recibimos, de los que nos sentimos tributarios, y que conforman el Alma de la Amistad: la Philía de la Universidad. Todo conocimiento es transmisión y re-transmisión. En esta cadena de transmisión del conocimiento que define el anchuroso camino de la ciencia que estoy compartiendo con ustedes, quiero resaltar el papel tan importante que, en mi opinión, desempeña el concepto de admiración crítica como motivación del progreso, junto con la capacidad de emular a nuestros maestros: aquellos que logran entusiasmarnos hacia el buen hacer científico". Por eso hizo suyas las palabras de reconocimiento y gratitud del profesor Reinoso a su maestro, el rector honorífico García Garrido y hacia el profesor Reinoso Suárez, doctor honoris causa de nuestra Universidad, "pues, como ven, la causalidad aquí invocada es la Causalidad Ejemplar: la base de la Ética de toda educación y enseñanza. Está claro: todo parte de esa admiración. Y de conservarla intacta a través de los años. La capacidad de admirarse y extrañarse o maravillarse ante lo desconocido, pues he de confesarles que desde hace ya un tiempo tengo la sensación de que “somos un cardumen que se mueve al unísono a través de los siglos, y que son las buenas gentes – nuestros asideros, nuestros referentes- quienes nos enhebran y sostienen”.
Ricardo Mairal se detuvo también en el poder demiúrgico de la palabra, pues "inspirados por la gratitud hacia nuestros maestros, seguimos avanzando en este camino impulsados por el poder demiúrgico de la palabra racional y democrática. En nuestro presente de muros y alambradas, debemos defender el papel demiúrgico de la palabra capaz de modelar nuestro pensamiento y dar forma a nuestra visión del mundo, puesto que, por encima o por debajo de las posibles discrepancias, siempre sigue latiendo en ese pensamiento y esa visión la conciencia de un logos común, esto es, de una palabra susceptible -como diría Emilio Lledó- de convertirse en diálogo racional".
Manifestó igualmente el rector de la UNED que con la palabra "siempre aparece la voluntad de equidistar y apelar a la concordia y a la filantropía, de apelar al corazón, de entronizar el diálogo como forma del pensamiento crítico que nos hace libres de todo dogma, imposición y automatización y apostar por la importancia que tiene la colaboración inspirada en la confianza basada en la acción conjunta entre equipos. La sensación de formar parte de una comunidad científica alivia el miedo a la incertidumbre, amplía el horizonte de nuestra mirada, nos impulsa a aventurarnos".
La interdisciplinariedad: la colaboración y las alianzas
Mairal Usón destacó que la búsqueda de las alianzas es la esencia de la investigación del siglo XXI, "que reclama una visión necesariamente interdisciplinar. Si bien es cierto que la ciencia es proteica, igualmente cierto es que tiene la capacidad de acercar disciplinas". Por eso dijo que el profesor Naredo destaca el valor de la transdisciplinariedad de las ciencias sociales y se declara contrario a la compartimentalización del saber o, en sus palabras, al “conocimiento parcelario" y que este doctor interpela a las ciencias sociales "para que contribuyan a mejorar la sociedad, identificando y analizando correctamente sus problemas, aportando nuevos enfoques y perspectivas al debate académico y orientando la atención hacia el desafiante futuro".
Defiende Mairal que las ciencias sociales han de ser más permeables entre sí: "los economistas han de conocer la sociedad y el sistema político-institucional en el que se desarrollan las economías; pero los sociólogos y los politólogos, entre otros científicos sociales, han de conocer el funcionamiento de la economía, sus mecanismos causales, su evolución y sus márgenes de transformación para conseguir que la sociedad, en su conjunto, progrese en bienestar". Y añadió que "los investigadores somos ambiciosos porque perseguimos horizontes de superación. Con el eco de estas palabras, no me resisto a señalar el camino de presente que genera para los discípulos, pues hoy no solo contamos con una capacidad de cálculo inmensamente mayor y con herramientas de programación mucho más sofisticadas, sino también con algoritmos especializados en este tipo de búsquedas (por ej. algoritmos basados en distancia textual, algoritmos basados en n-gramas, métodos semánticos, algoritmos híbridos y pipelines avanzados) desarrollados específicamente para contemplar las desviaciones que en su momento no se pudieran tener en cuenta".
En su intervención, el rector indicó que apreciar la imaginación y la creatividad, reconocer el esfuerzo continuado, la perseverancia y el rigor así como entronizar el diálogo, la gratitud, la criticidad, la concordia, la bondad y la filantropía, son cualidades todas ellas "que se contraponen a la soberbia, a la arrogancia, a la sevicia, a la inmediatez precipitada de los juicios que pisotean los jardines de la palabra incurriendo en el desprestigio de la bondad. Y si es verdad que vienen aún tiempos recios para las naves del saber, el bien y la verdad, que custodia la universidad, también es cierto que desde la UNED estamos preparados y somos conscientes de la serenidad que encierran las palabras de aquel sabio estoico, ya consciente del cambio de paradigma que se producía en los albores de la cristianización de Roma". Y por ello manifestó su compromiso, como rector de la UNED, "de apoyar y facilitar la andadura por este maravilloso camino de la ciencia, conducente hacia la construcción de un mundo más crítico, más ilustrado, más solidario, más respetuoso".
Tras el acto, los dos nuevos doctores honoris causa firmaron en el Libro de Honor de la UNED en presencia del rector, de la secretaria general, de algunos vicerrectores y de los padrinos académicos. A este acto asistió el director de UNED Ourense, doctor Jesús Manuel García Díaz, quien pudo dar la enhorabuena tanto a Fernando Reinoso como a José Manuel Naredo. Así hizo presente en Madrid a toda la comunidad universitaria del centro asociado de Ourense.
Como siempre, el solemne acto estuvo amenizado por el Coro de la UNED, que es un elemento imprescindible en los grandes actos de la universidad, poniendo la nota musical en los interludios con sus voces e instrumentos de viento y percusión. Entre las personalidades asistentes estaba el Padre Ángel, que fue recibido por el rector a la entrada del Edificio de Humanidades, en la Ciudad Universitaria de Madrid.
El Coro de la UNED es una institución dependiente del Vicerrectorado de Internacionalización y Multilingüismo cuya finalidad principal es la de impulsar la sensibilidad artística hacia el canto coral y establecer un puente de difusión de la imagen de nuestra universidad hacia el exterior.
UNED Ourense
Comunicación
Fotografías: Laura Hurtado