OURENSE, 7 de marzo de 2022. La invasión del territorio ucraniano por parte del ejército ruso, iniciada el 24 de febrero de 2022, fue precedida por la ocupación militar y reconocimiento de independencia de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, territorios bajo soberanía igualmente ucraniana. Estos hechos no solo constituyen una violación múltiple del Derecho Internacional, sino que suponen una vez más la vuelta a la guerra, a la barbarie y al dogmatismo; nada más antagónico a los principios humanos universales y a los valores universitarios que se sustentan sobre la paz, la razón, el entendimiento y la tolerancia.
La Carta de las Naciones Unidas protege la integridad territorial e independencia política de Ucrania. La agresión militar a Ucrania ejercida por la Federación Rusa, acompañada de la colaboración de Bielorrusia, viola en múltiples artículos el contenido de este documento esencial en el ordenamiento jurídico internacional. Destacan la prohibición del uso de la fuerza (artículo 2.4); la obligación de resolver las controversias por medios pacíficos (art. 2.3) y la prohibición de la intervención en los asuntos internos de otros Estados (Resolución 2625/XXV). En este mismo sentido, la Asamblea General de Naciones Unidas acaba de adoptar el pasado 1 de marzo la Resolución A/ES-11/L.1 en donde condena la operación militar rusa en Ucrania, exige que se ponga fin de inmediato al uso de la fuerza y que se retire de inmediato, por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares del territorio de Ucrania dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente.
La invasión a gran escala perpetrada por Rusia incurre en otras violaciones graves del Derecho Internacional Humanitario (Convenios de La Haya 1899 y 1907, Convenios de Ginebra de 1949 y Protocolo Adicional I de 1977). Tenemos muy presente que los ataques contra la población civil y contra objetivos no militares constituyen infracciones graves de este derecho calificadas como crímenes de guerra. Los pocos días transcurridos de operación militar dejan tras de sí una cifra de víctimas civiles intolerable– más de 2.000 muertos según el Gobierno de Ucrania-, millones de desplazados y multitud de pérdidas en infraestructuras, patrimonio cultural e histórico, incluidos bienes declarados patrimonio de la humanidad. En nuestra Universidad ha impactado sobremanera el bombardeo de la Universidad Nacional Karazin de Járkiv, y nos preocupa el cerco militar que están sufriendo otras Universidades en Kiev y Odesa, así como la huida precipitada y angustiosa de todos los estudiantes extranjeros en todas las universidades del país.
Por todo ello, la UNED condena la invasión militar rusa de Ucrania, y se solidariza con el conjunto de la ciudadanía ucraniana y de forma especial con su comunidad universitaria. Solicitamos a las autoridades españolas, europeas e internacionales apoyo a Ucrania, y en particular demandamos el cumplimiento de las obligaciones jurídicas internacionales establecidas en el Estatuto del Refugiado en la Convención de Ginebra de 1951, así como los apoyos solidarios que sean necesarios para su población.
UNED Ourense
Comunicación