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El nacimiento de la bodega Cooperativa de O Ribeiro

24 de noviembre de 2022

Luis Gulín Iglesias, miembro del PAS de UNED Ourense, reconstruye la historia de la Cooperativa de Ribadavia en un artículo publicado en la revista A Fundación. Asegura que "la viticultura de la comarca se enfrentó a una difícil situación durante los cincos años de la República, sufriendo importantes pérdidas de mercados exteriores, que provocaron una superproducción relativa y el aumento de la competencia del matute en el mercado gallego".

OURENSE, 24 de noviembre de 2022. Luis Gulín Iglesias, miembro de Personal de Administración y Servicios de UNED Ourense y licenciado en Derecho, ha publicado un artículo en el que recoge la historia de la Cooperativa de O Ribeiro titulado: La cooperativa Nuestra Señora del Portal de Ribadavia (1963-1968), en los números 37 y 38 de la revista A Fundación, de la Asociación de Amigos do Museo Etnolóxico e do Conxunto Histórico de Ribadavia. En nuestro centro asociado la actividad investigadora y la inquietud intelectual no falta tampoco en este miembro del PAS. “Las primeras cooperativas en España aparecen a mediados del siglo XIX y surgen ligadas a la aparición de las mutualidades obreras. En 1927 se plantea un anteproyecto de ley que regule esta forma de economía solidaria que fue defendido por periódicos de las organizaciones agrarias locales de la comarca del Ribeiro como una fórmula idónea para garantizar al pequeño campesinado la comercialización de su producción sin intermediarios. Por desgracia, los sindicatos agrarios fueron incapaces de organizar una cooperativa con los cosecheros más acomodados de la zona para proteger la economía de los pequeños productores. Por lo tanto, en el Ribeiro se mantuvo el sistema tradicional de comercializar el vino por vía de la intermediación de los corredores locales sin que surgiesen cooperativas vinícolas para vender directamente la producción”.

La ley de Cooperativas del 9 de septiembre de 1931 fue elaborada por expertos de muy distintas ideologías en el seno del famoso Instituto de Reformas Sociales por estudios del año 1925. La viticultura del Ribeiro, señala Gulín, “se enfrentó a una difícil situación durante los cincos años de la República, sufriendo importantes pérdidas de mercados exteriores, que provocaron una superproducción relativa y el aumento de la competencia del matute en el mercado gallego”.

Vendimia del año 1967 en la cooperativa en Valdepereira. FOTOS: Cesión Familia Bouzas-Cortés.

La crisis permanente del vino del Ribeiro se puede resumir, según el autor del trabajo, en pocos puntos:

  • El tipo medio de viticultor es minifundista, incluso algunos microfundistas, con una producción anual de 25 a 50 hectolitros.
  • La producción es de escasa calidad y no alcanza precios remuneradores.

  • La elaboración se basa en criterios y creencias antiguas, equivocadas, anticientíficas, donde se llegan a mezclar vinos manchegos, bercianos y levantinos con los de la comarca, degenerando su imagen y calidad.

Otro de los factores que dificultan la imagen del vino del Ribeiro, añade Luis Gulín, es el de los intermediarios, los corredores de vino, “inicialmente figura pensada en facilitar la operación entre compradores y vendedores, pero con el tiempo se transformó en un abuso de poder quedándose con las cosechas de los minifundistas a precios de risa. Esta situación facilita a los intermediarios ser al mismo tiempo almacenistas. Ahora su función es comprar vinos en las mejores condiciones, reelaborarlos y venderlos a precios altos, esto siempre a costa de los pequeños productores que trabajan la tierra y no ven nada del enriquecimiento a su costa”.

“Para acabar con todo esto los viticultores de las zonas situadas en las orillas del rio Avia se agrupan para poner en marcha en Leiro la Cooperativa del Ribeiro del Avia en el año 1952 siendo inaugurada el 22 de noviembre de 1953”, señala el autor del trabajo.

Imagen del primer curso de enólogos celebrado en Ribadavia. 

Primera comisión organizadora en 1952

Ribadavia no quería quedarse atrás y creó también una comisión organizadora el 1 de febrero de 1952 para impulsar una Cooperativa Vinícola en la villa. Esta comisión estuvo integrada por Cesáreo Giráldez (Presidente), Jesús Pousa (Secretario), Benjamín Diéguez (Tesorero) y los vocales Odilio Freijido, Francisco Areda, Francisco Villar, Cesáreo Dávila, Andrés López Alejos (al mismo tiempo presidente de la Hermandad de Labradores y Campesinos) y Gonzalo Davila. La gente interesada en constituir la cooperativa debería recoger un impreso en la tienda “Calzados Olimpia”. Pero la iniciativa quedo sin resultado concreto.

“En 1956 el alcalde de Ribadavia, Joaquín Robla, en unas declaraciones a El Pueblo Gallego por motivo de las Fiestas del Portal, destacaba la necesidad que Ribadavia contase como Leiro con una Bodega Cooperativa para revalorizar y recuperar la marca vino del Ribeiro que en ese momento estaba por los suelos por la entrada de vinos foráneos de El Bierzo, La Mancha y de la zona levantina. Además se daría oportunidades laborales a muchos agricultores de la zona que no pueden ser absorbidos por las industrias de ataúdes”.

Los viticultores de Ribadavia plantearon en 1956 retomar la idea de crear una cooperativa en la villa, teniendo especialmente presente que “en la campaña del 55, las uvas se pagaron a 2,50 pesetas el kilo, mientras que la Cooperativa de Leiro abonaba hasta 4,50 pesetas. Solo en la zona de Santiago la Cooperativa de Leiro llegó a vender hasta cuatro millones doscientos mil litros, la mayoría tinto. El proyecto fue después impulsado por Unión Territorial de Cooperativas del Campo de Orense (UTECO) en el año 1958 pero no da avanzado”.

En enero de 1959 el Ministerio de Agricultura delimitó la zona de producción de los vinos de origen Ribeiro que tenían que ser vendidos sin manipulación y mezcla. “Según el art 30 de la ley de mayo de 1933 la zona de producción abarcaba terrenos de los términos municipales de Ribadavia, Arnoia, Castrelo de Miño, Carballeda de Avia, Leiro, Cenlle, Beade, Punxín y Cortegada. Las parroquias de Banga, Cabanelas y Varón (O Carballiño), Pazos, Albarellos, Laxas y Moldes (Boborás), Puga, Igrexa de Puga, Olivar, Fa, Caleiros y Alongos (Toén) y Touza (San Amaro). Los comerciantes mayoristas radicados en la zona que no estén inscritos en el registro del Consejo Regulador deberán vender y rexpedir los vinos no embotellados y protegidos con los precintos y placas del consejo en el mismo estado que lo reciban, sin manipulación, ni mezclas. Lo mismo regirá para los demás mayoristas de vino del territorio nacional. El consejo regulador expedirá un certificado que deberá ir adjuntada a cada venta de vino no embotellado”, indica Gulín Iglesias.

1963 fue también un año de crisis vitivinícola en la provincia dado que la concentración parcelaria fue descartada por los técnicos que trabajaban a pie de campo. “A nivel provincial había 17.000 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid, con una producción de 800.000 hectolitros que correspondían a 23.000 viticultores. Era necesario crear una amplia red de bodegas según los estudios del Ministerio de Agricultura, como mínimo 19 (de las cuales una, la de Leiro, estaba en funcionamiento y otras tres en marcha), dos plantas de embotellado de vinos y dos alcoholeras, suponiendo la inversión 210 millones de pesetas”, señala Gulín.

Primera junta rectora en 1963

El 19 de marzo de 1963 Ribadavia dio el primer paso en el cine Río de Ribadavia para crear su primera bodega cooperativa con el nombre de Nuestra Señora del Portal. Integraban su primera junta directiva Manuel Meruéndano Pardo (Presidente), Julián González Gaberna (Vicepresidente), Serafín Canitrot Santalices (Secretario) y Odilio Freijido Montero (Tesorero).

Decidieron crear cuatro puntos de recepción de uva en toda la comarca, concretamente en Esposende, Trasariz, Xubín y Razamonde, todos en el municipio de Cenlle. Estaba previsto dotarlos de básculas de pesas y tolvas para las uvas blancas y tintas. La producción inicial prevista era de 45.000 hectolitros y el terreno adquirido sería un solar en Ventosela, concretamente en Valdepereira, llamado Finca Carballo. Constaría de 550 socios inicialmente con una inversión de 80 millones de pesetas, pero hasta 1966 no se activaría el proyecto.

Previamente ya se había realizado una intensa campaña informativa por  parte de Eulogio Gómez Franqueira, gerente de UTECO, en Esposende, San Andrés, Ribadavia, Chavolas, Sampaio y Francelos. “Entre semana las reuniones eran entre 8 a 10 de la tarde, y los domingos por la mañana y por la tarde, en donde se hablaba del funcionamiento de las cooperativas, su alcance y ventajas, la comercialización del vino, elaboración y etiquetado del vino, todo con el objetivo de crear ocho cooperativas de primer grado en la comarca. Uno de los resultados fue la iniciativa de una cooperativa en As Chavolas que debería agrupar a los pueblos de Saa, Sanín, Seixo y A Grova. La reunión con Eulogio Gómez Franqueira se había desarrollado el 18 de febrero de 1963 en las instalaciones del Bar Celta”.

El mensaje central de todas esas sesiones a favor del cooperativismo en el Ribeiro residía que el vino de esta tierra es un muy buen vino, “pero la elaboración quedó anticuada y no concordaba con los nuevo métodos científicos, aparte que la fórmula de cooperativa tenía ventajas en el ámbito de la comercialización y conservación del producto. Además la unión de cosecheros de la comarca creó y consolidó una marca de prestigio que permitía que se cotizara en el mercado a precios más elevados que los conseguidos por medios individuales”.

A ello se sumaba la emigración sin freno de vecinos a Australia, Suiza o Alemania. “Las autoridades y la opinión pública seguían insistiendo en que para paliar esa sangría había que hacer capacitación rural, en especial reforzar la labor pedagógica del maestro y del sacerdote para estos menesteres. Ourense seguía siendo la provincia más pobre de España, la de menor renta por habitante”, señala el autor del artículo.

Manuel Meruéndano Pardo, presidente de la junta provisional de la Cooperativa de Ribadavia, Nuestra Señora del Portal, publicó en El Pueblo Gallego del 7 de septiembre de 1964, un artículo indicando que las labores agrícolas “se tenían que realizar por personas de avanzada edad o por gente que no tiene todavía la edad para emigrar”. Al mismo tiempo de forma paralela había que agregar una explosión de costes adicionales como los impuestos que gravan la riqueza rústica y el elevado coste de los productos como sulfato, azufre etc. Insiste Meruéndano en el cooperativismo para frenar el abandono de los viñedos que en muchas zonas de Ribadavia se estaban convirtiendo en tojales, pinares o tierras sin cultivar.

El Gobierno Civil de Ourense intensificó la campaña del cooperativismo y en noviembre de 1964 informaba que la Cooperativa de Ribadavia tendría una capacidad de 15 millones de litros, aunque de momento elaborase 8 millones de litros. “A mayores se realizan cursos de capacitación para ser maestros y analistas bodegueros, titulados por el Ministerio de Agricultura. Las clases teóricas-prácticas abarcaban desde la selección de la uva hasta la técnica de laboratorio. El objetivo del curso de capacitación era cambiar la mentalidad arcaica que aún permanecía en el Ribeiro. La primera asociación de la comarca de estos técnicos estuvo presidida por Francisco Bouzas Cortés, que aglutinaba a expertos formados en estos cursos de capacitación profesional”.

Presentación 

Se presentó en sociedad por primera vez en forma de maqueta en la II Feira do Viño do Ribeiro de Ribadavia de 1965. Según las autoridades de la época la futura Bodega sería una de las más grandes de España. En octubre de 1965 fallecía repentinamente a los 44 años de edad Faustino Canitrot Santalices, secretario de la Junta Rectora de la Cooperativa. Ese mismo año entra un cheque de 49 millones de pesetas a la Cooperativa a cargo de José Solís Ruíz, Ministro Secretario General del Movimiento, a cuenta del Banco Nacional de Crédito Agrícola.

Manuel Meruéndano Pardo estimaba que su puesta en funcionamiento podría ser durante el año 1966, pero se retrasó a agosto de 1967 contando con un presupuesto de 75 millones de pesetas (55 millones en obras y 20 millones en maquinaria), más 2 millones de pesetas en planta embotelladora que lanzaría de 3 a 5 mil botellas la hora según fuesen de tres cuartos o de litro.

Una de las razones de ese retraso era también la próxima inundación del valle del Miño y de las amplias tierras de viñedos entre las orillas de Castrelo de Miño y Ventosela-Sampaio. Meruéndano Pardo consideraba que la inundación causaría un perjuicio económico que con el tiempo se recuperaría.

En 1967 se cerró la admisión en marzo con alrededor de 850 socios y se estimaba tener una capacidad de producción de seis millones de litros anuales. Pero la xiada del Cruceto provoca la catástrofe en la comarca. Solo en Leiro con unas pérdidas de 30 millones de pesetas resultaron afectadas más de 700 familias. Arrasó en Cenlle, Castrelo de Miño y Ribadavia. Lugares como Esposende, Arnoia, San Clodio o Gomariz fueron poco afectados.

Una de las medidas de apoyo por parte del Gobierno fue conceder a Ribadavia una oficina de Extensión Agraria que se ubicó en sus inicios en las actuales dependencias del Museo Etnolóxico de la villa. Su función era prestar ayuda técnica, material, legal o incluso moral para los agricultores de O Ribeiro. Su primer director fue José Antonio Real.

La primera vendimia 

La primera cosecha de uvas se realizó bajo la supervisión del primer enólogo de la cooperativa, José Domínguez Alejandre, licenciado en Químicas y Enólogo. Constaba de 2 millones de litros y 2.199.919 kilos de uva. Se utilizaron 15.000 bolsas de plástico sustituyendo los clásicos culeiros y para garantizar la logística del transporte en los sitios más distantes de la cooperativa se crearon centros de recepción de la uva.

El embotellamiento de la primera cosecha fue en marzo de 1968.

Fusión cooperativas de Leiro y Virgen del Portal.

El escenario elegido fue el Cine Río de Ribadavia en enero de 1968. La junta rectora de la Cooperativa Nuestra Señora del Portal se reunía en asamblea extraordinaria para debatir la fusión con la cooperativa de Leiro. Los asistentes votaron a favor de la fusión celebrando el 4 de febrero la asamblea constituyente de la nueva cooperativa que llevará el nombre Bodega Cooperativa del Ribeiro, nombrando a su junta rectora que forman los señores Eulogio Gómez Franqueira (presidente), Antonio Iribarren Negrao, José Luis García Boente, Manuel Meruéndano Pardo y Víctor López Quijada.

La nueva entidad acogerá a 1.500 cosecheros (el 60%  de la comarca), con una producción de 140.000 hectolitros anuales y una facturación alrededor de 100 millones de pesetas. En la primera vendimia de la fusión se recogieron en la nueva Cooperativa de Valdepereira 13 millones de kilos de uva.

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