Andrés López, psicólogo en la UNED: “La formación de los directores de orquesta, o de banda en temas de psicología puede resultar fundamental y favorecer su trabajo diario”

El doctor De la Llave valora positivamente el Curso Superior de Directores de Banda de Música que el Centro Asociado de Ourense desarrolló en Xinzo

OURENSE, 10 de febrero de 2020.- La música es una actividad específicamente humana para cuya ejecución se requiere el concurso de diversas disposiciones y habilidades psicológicas. La creación, la interpretación y la enseñanza musicales disponen ahora de herramientas psicológicas para mejorar sus procesos y sus resultados.

Estos estudios de postgrado, títulos propios de la UNED, tienen como objetivo principal la formación especializada de profesionales del ámbito de la interpretación y la enseñanza musical así como de psicólogos de la música, ofreciendo una formación avanzada mediante contenidos muy aplicados. Tales cursos son: Experto Universitario en  Psicología para Músicos, Máster en Psicología para Músicos y Máster en Psicología de la Música.

El director de los cursos es Andrés López de la Llave, doctor en Psicología, profesor titular en la Facultad de Psicología de la UNED. Ha trabajado como psicólogo del deporte con equipos de élite. Ha publicado trabajos sobre Psicología del deporte y de la Interpretación artística y creado un instrumento para evaluar las variables psicológicas relacionadas con la interpretación. Desde 2004 dirige el programa de formación del profesorado titulado: Psicología de la Interpretación artística, que se imparte en la UNED. De la Llave estuvo en Xinzo de Limia como ponente en la primera edición del Curso Superior de Directores de Banda de Música organizado por la UNED y celebrado el pasado 8 de diciembre.

-¿En qué ha consistido su discurso improvisado sobre la marcha en Xinzo de Limia?

El curso que dimos de psicología de la música para directores de orquesta, ha consistido fundamentalmente en señalar a los profesionales que trabajan en este ámbito cuáles son las variables psicológicas que los músicos ponen en marcha a la hora de realizar interpretaciones artísticas. También hemos tratado algunos factores fundamentales que desde el punto de vista psicológico son deseables en el caso de los directores, por ejemplo el liderazgo, o la capacidad de evaluar adecuadamente el progreso de sus músicos.

-¿Qué le parece la celebración de cursos como este de la UNED para directores de bandas de música?

-Nos parece que la formación de los directores de orquesta, o de banda en temas de psicología puede resultar fundamental y favorecer su trabajo diario, puesto que les puede proporcionar herramientas que faciliten sus labores de liderazgo y de dirección a las agrupaciones en las que trabajan.

-¿Cuál es la importancia de la música en psicología?

-La relación entre la música y la psicología es en dos direcciones. Por un lado a la psicología le interesa la música como herramienta para ayudar a la gente a mejorar su estado psicológico, a alcanzar un mayor bienestar. En ese sentido se ha desarrollado lo que sea conocido como “musicoterapia“. El otro punto de relación es el inverso, es decir, la aportación que puede hacer la psicología a los músicos. En este sentido se puede hablar de que la psicología ofrece herramientas para mejorar la creación la expresión y la docencia en el ámbito de la música. Nuestro trabajo como psicólogos de la música está fundamentalmente centrado en difundir la utilidad de los conocimientos psicológicos entre músicos, y no tanto en la musicoterapia.

-¿Cómo actúa en el cerebro?

-La música supone un estímulo simbólico, y analógico, que es procesado de una forma muy eficiente por el cerebro impactando sobre todo en la generación de emociones. Sin embargo es necesario un cierto “acostumbramiento” para poder responder emocionalmente. Por ejemplo en  el occidente valoramos y nos gusta un tipo de música mientras que en Oriente o en otros lugares del mundo, en otras culturas es otro el tipo de música. No todos los seres humanos son capaces de expresarse, o de emocionarse con el mismo tipo de música, sino que aprendemos a lo largo de la vida, por estar expuestos a un determinado tipo de música, a reaccionar frente a ese tipo de música y no frente a otros.

-Siempre llama la atención que las personas con alzheimer recuerdan muy bien y siguen tarareando la música de su juventud.

-La razón por la que las personas con Alzheimer,  por ejemplo, se ven favorecidas en su funcionamiento cognitivo por estímulos musicales, es porque, como decía, la música tiene un efecto emocional, y son estas estructuras emocionales del cerebro, que son las más antiguas desde el punto de vista filogenético, las que mejor perviven el deterioro de estas enfermedades neurológicas, que principalmente tienen efecto en las zonas más externas del cerebro en el córtex. Por eso exponer a personas con deterioro cognitivo a situaciones musicales les puede hacer revivir situaciones anteriores a su lesión.

-Cuántas veces se ha dicho, hemos dicho, que la música es alimento para el alma…

-Sí, la frase “la música es buena, es un alimento para el alma”, se puede decir que es cierta, si entendemos por alma lo más fundamental, lo más a central del ser humano que es su capacidad de reaccionar emocionalmente.

-Como especialista, qué casos ha tratado o trata en relación con el mundo de la música.

-Uno de los ejemplos de trabajo de los psicólogos en el caso de los intérpretes, musicales o de otro tipo de artes escénicas es  el trabajo en relación a la ansiedad escénica. Es muy habitual, de hecho es deseable  que los intérpretes sientan una cierta presión, una cierta exigencia cuando van a actuar. Sin embargo algunos intérpretes no son capaces de procesar adecuadamente esta situación y la presión les incapacita para actuar, es lo que se conoce como ansiedad escénica el pánico escénico. La psicología hace mucho en este sentido. Tanto a nivel  de tratamiento como a nivel preventivo. Es fundamental que los profesores de música incorporen en su trabajo elementos que prevengan este problema puesto que muchos niños abandonan la música sencillamente por la presión que le suponen las audiciones.